La temporada de cosecha de maíz en el norte de Los Ríos atraviesa serias complicaciones debido al invierno. Las constantes lluvias y el exceso de humedad han favorecido la proliferación del hongo Diplodia, una enfermedad que pudre la planta y deteriora principalmente el tallo y la mazorca. En cantones como Quevedo, Valencia y Buena Fe, el hongo ya ha afectado cerca del 30 % de los cultivos, según reportes recogidos en la zona.
Productores como Jimmy Romero, del recinto Lola Gangotena, en Buena Fe, explican que un tercio de sus 100 hectáreas de maíz presentan daños. «Con lo que se está produciendo y vendiendo estamos sacando alrededor de 1 800 a 1 900 dólares, frente a un costo de producción de 2 300 dólares; estamos perdiendo 400 dólares», lamentó Romero. La afectación no solo compromete la rentabilidad de los agricultores, sino que también impacta la calidad del grano cosechado.

Ante esta situación, muchos productores han intentado combatir el hongo aplicando fungicidas, mejorando el drenaje y eliminando residuos de cultivos anteriores. Sin embargo, las lluvias constantes dificultan la efectividad de estos esfuerzos.
«Yo le he hecho cuatro fumigaciones de fungicida, tres de ellas con dron, y aun así tengo el problema. No es por falta de cuidado, pero el clima nadie lo puede controlar», relató Pedro Franco, otro agricultor afectado.
El daño en el grano ha generado problemas en la comercialización. De acuerdo con la Asociación de Producción Agrícola de Ciclo Corto de Los Ríos, el quintal de maíz cosechado en la zona norte supera el 2% de daño permitido por la norma del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN), razón por la cual las comercializadoras han empezado a rechazar el producto.
«No nos quieren comprar porque el industrial rechaza los viajes de maíz. Pedimos que los parámetros de comercialización sean más flexibles», reclamó Raúl Aimacaña, otro productor.
Hasta ahora, las pérdidas económicas en la zona se calculan en aproximadamente seis millones de dólares. Los agricultores esperan que las condiciones climáticas mejoren en las próximas semanas para poder salvar parte de la cosecha y reducir el impacto económico que el invierno ha causado en esta provincia agrícola.
FUENTE: ECUAVISA