Un bioingeniero de la Universidad Católica de Ecuador resucitó una levadura a partir de una astilla para recrear la fórmula fabricada en Quito hace 400 años, considerada la “cerveza más antigua de Hispanoaméricaâ€, informa la Agencia Francesa de Prensa (AFP).
El microorganismo fue la clave para recuperar la fórmula de la bebida fabricada en Quito en 1566 por fray Jodoco Ricke, el franciscano de origen flamenco que introdujo el trigo y la cebada en lo que hoy es la capital ecuatoriana, de acuerdo con historiadores.
Con el hallazgo «no solo recuperamos un tesoro biológico sino también un trabajo silencioso de 400 años de domesticación de una levadura que probablemente venÃa de una chicha (bebida ancestral de maÃz fermentado) y que habÃa sido recolectada del ambiente», señala el biólogo Javier Carvajal a la AFP.
En su laboratorio de la Universidad Católica de Ecuador (PUCE), vaqueros y mandil blanco, se acerca a un congelador y extrae un pequeño frasco con una variedad de la levadura Saccharomyces cerevisiae con la nomenclatura CLQCA10-328.
Carvajal sabÃa, por publicaciones especializadas, de la antiquÃsima cervecerÃa en Quito. HabÃa recuperado otras levaduras y se empecinó en encontrar la de la bebida de los franciscanos. Tardó un año hasta llegar a ella en 2008.
En el convento de San Francisco, un imponente complejo de tres hectáreas construido entre 1537 y 1680, estaba el tonel que buscaba, extrajo una astilla y bajo el microscopio vio el organismo que a la postre, después de un largo tiempo de cultivo, le permitió «resucitar» la levadura.
«Aquà ocupa un lugar en una cajita. Aquà es muy humilde, pero es la estrella» del laboratorio, dice el cientÃfico cervecero de 54 años.
Perteneciente a una familia de maestros cerveceros, Carvajal encontró en un artÃculo la fórmula vagamente descrita de la bebida de los franciscanos del siglo XVI. De a poco fue llenando las lagunas de información hasta revivir la bebida con sabores a canela, clavo y caña de azúcar.
«HabÃa un montón de huecos en esa receta y mi trabajo fue rellenar esos huecos (…) Ese es un trabajo de arqueologÃa cervecera, dentro de la arqueologÃa microbiana», que habÃa hecho para rescatar la levadura, responsable en gran parte del sabor de la bebida, comenta.
Después de una década de investigación y pruebas, en 2018 inició su producción artesanal, pero la pandemia frustró su salida al mercado. TodavÃa no ha definido una fecha exacta para su lanzamiento ni un precio.
(Con información de DW – AFP)