No sólo el limón y la naranja son importantes proveedores del poderoso antioxidante.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un potente antioxidante esencial para el organismo. Debido a que el cuerpo no puede generarla ni almacenarla es importante consumir diariamente alimentos ricos en ella, en especial algunas frutas que, además, resultan deliciosas al paladar.
A la hora de pensar en frutas que son fuentes primarias de vitamina C, siempre vienen a la mente el limón y la naranja. Sin embargo, hay otras que pueden proveer al sistema inmunológico grandes porciones de este fundamental componente alimenticio.
Deliciosas y excelentes para la salud
LA GUAYABA: esta tropical y rica fruta contiene 228 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos, es decir, tiene el 140% de la dosis diaria recomendada de vitamina C, hasta cinco veces más que una naranja.
EL KIWI: esta fruta de climas fríos y húmedos es otra de las que te aportará buenas cantidades de vitamina C, un total de 59 miligramos, es decir, una sola pieza ya te dará casi la mitad de la dosis diaria que necesitas.
LA PAPAYA O LECHOZA: es una fruta tropical que, con solo consumir la mitad de una pieza pequeña, proporcionará al organismo la dosis de vitamina C que necesita cada día. Además, es rica en ácido fólico, potasio y vitamina A.
LA FRESA: no solo son deliciosas, además están cargadas de vitamina C, 57 miligramos para ser exactos. De hecho, con solo comer unas cuantas es fácil ingerir la mitad de la dosis que necesitas cada día.
EL MANGO: es otra de las frutas tropicales que más vitamina C aportará con 37 miligramos. No solo eso. Este alimento está cargado de otros nutrientes beneficiosos para el organismo como son la vitaminas A, E y K y algunas del complejo B.
Contra los resfriados y para el fortalecimiento del organismo
No hay que esperar a contraer un resfriado para consumir vitamina C, ésta debe formar parte de la dieta diaria porque se ha comprobado que sube las defensas ayudando al organismo a combatir distintos virus.
Como potente antioxidante ayuda a minimizar el efecto de los radicales libres, al crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo.
Es esencial para generar proteínas y ayudar a producir piel, tendones y ligamentos. También colabora en el mantenimiento de cartílagos, huesos y dientes y ayuda a absorber el hierro.
FUENTE: BBC Focus
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