La economía del cacao provocó un importante movimiento migratorio de la sierra a la costa para el trabajo en las plantaciones.
En 1880 la ciudad de Guayaquil tenía una población de apenas 25 mil personas y para 1920 eran más de 100.000.
Las oportunidades laborales dentro de las plantaciones de cacao atrajeron la mano de obra serrana porque en la mayoría se pagaba los salarios en moneda.
Sin embargo también se generaron sistemas de pago paralelos con los cuales se cancelaba el jornal en las haciendas cacaoteras y azucareras.
Las fichas de haciendas se entregaban a los jornaleros por días trabajados.
Estos sistemas no solo se reprodujeron en el Ecuador sino en Centroamérica y Sudamérica, con economías basadas en el azúcar, el cacao y el café.
Estas fichas podían ser canjeadas en las tiendas de la hacienda generando un sistema de compras a crédito y endeudamiento de los trabajadores.
FUENTE: BANCO CENTRAL DEL ECUADOR