Con la convicción de que las mujeres y en especial las mujeres campesinas son claves para lograr el desarrollo sostenible, proponemos que la equidad de género sea un eje transversal en todas las políticas públicas y en especial:
Considerar el trabajo agrícola y pecuario de las mujeres rurales como emprendimientos familiares de la economía popular y solidaria que deben reflejarse en las cuentas nacionales.
- Propiciar la asociación de los emprendimientos rurales para que las agricultoras y campesinas puedan lograr fortalezas en los procesos: productivos, de agregación de valor, de distribución y comercialización.
- Establecer sistemas de microfinanzas y líneas financieras a favor de las cooperativas del sistema financiero para que las mujeres rurales accedan al crédito oportuno, a tasas diferenciadas, con el aval de su proyecto.
- Facilitar a las mujeres campesinas, el acceso a semillas certificadas, al agua y a la energía.
- Incluir a los emprendimientos de mujeres rurales en las políticas de compras públicas; facilitar la legalización de la tierra a favor de las madres jefas de hogar.
- Fortalecer el sistema de salud para que haya atención eficaz en las áreas rurales, tomando en cuenta las peculiaridades culturales y las diferentes causas de enfermedades.
- Intensificar la educación y la capacitación a través de sistemas de telecomunicación sobre procesos de producción agroecológica, emprendimiento, salud, cuidados familiares, valores de identidad cultural.
- Promover alianzas tripartitas de productores, gobierno y sector privado para tecnificar la agricultura, dotar de infraestructura productiva, conseguir mercados internos y externos.
- Apoyos educativos extracurriculares para los hijos e hijas de la mujer rural; adecuar los programas educativos a las realidades territoriales.