“Asà como las corrientes marinas del Océano PacÃfico han arrastrado durante millones de años una exuberante biodiversidad a las islas, hoy arrastran también basura desde lugares remotos, que se deposita en sus playas y pone en peligro el equilibrio ecológico de las islas. El 60 o 70% de la basura procede de paÃses asiáticosâ€, según difunde el portal DW en español.
Entre 2020 y mayo del 2021 el Parque Nacional Galápagos coordinó junto con la sociedad civil operativos de recolección de basura oceánica, con los que lograron recoger 28 toneladas de plástico y otros materiales no biodegradables, gran parte de los cuales queda depositado en las islas esperando nuevas alternativas para su manejo.
Según DW “en las Islas Galápagos la pandemia detuvo el turismo durante meses. Una situación inédita, que benefició sobre todo a la fauna. Pero que retrajo la economÃa y el empleo entre los más jóvenes, quienes no se quedaron de brazos cruzados. A través de diversos emprendimientos, limpian las playas de basura oceánica o participan de un proyecto para crear el banco de datos genético del archipiélagoâ€.
La falta de visitantes durante la pandemia retrajo la economÃa de las Islas Galápagos y mermó el empleo entre los más jóvenes, quienes, sin embargo, no se quedaron de brazos cruzados.
Los jóvenes surfistas de la Isla San Cristóbal, por ejemplo, dejan a menudo la tabla para recoger desechos de la arena. Y los guÃas de turismo naturalistas se entrenan para instruir a los visitantes en mantener limpio el patrimonio mundial de la Unesco.
El problema de la basura según el director del Parque Nacional Galápgos, Danny Rueda, se lo combate desde muchos frentes.  Para la titánica tarea de limpiar las playas se necesitan voluntarios. Son jóvenes de la comunidad, diferentes grupos y asociaciones de niños y jóvenes surfistas que trabajan en las diferentes actividades de limpieza costera.
Galápagos aún conserva lugares prÃstinos e inimaginables, como el selvático y agreste paisaje de la finca privada Guadalupe, en la isla de San Cristóbal, que comparte el espacio para el cuidado ambiental, el turismo, la producción orgánica local y ahora también para la ciencia ciudadana.
Durante la pandemia, se instaló allà el proyecto BarCode, una iniciativa de jóvenes cientÃficos que busca aliviar el impacto de la crisis económica entre más de 80 galapagueños afectados por el cierre del turismo y toda la cadena comercial, haciendo una contribución a las islas.
BarCode abre una puerta a nuevos campos de trabajo como la investigación cientÃfica a través de la ciencia ciudadana. AquÃ, se toman las primeras muestras que serán procesadas en laboratorio y proveerán de nueva información al catálogo de especies del nuevo banco genético de Galápagos.
(AGROECUADOR TV con información de DW)