Los desastres naturales traen consigo consecuencias de gran impacto para las personas que los sufren, además de la pérdida de vidas humanas, se llegan a perder grandes cantidades de producción de diferentes tipos, sumado a eso destrucción de viviendas, convirtiendo a las familias en damnificadas.
Es deber de todo ser humano brindar ayuda a quienes la requieran en momentos de emergencia, las diferentes entidades oficiales han hecho público los análisis en relación con el Fenómeno El Niño y nos indican que las probabilidades de que se presente en nuestro paÃs son muy grandes; por lo tanto, los Gobiernos Autónomos Descentralizados municipales y provinciales, asà como lo que compete al Gobierno central deberÃan ya estar preparándose para enfrentar tal evento.
Teóricamente, al momento de suscitarse una emergencia todos se ponen en marcha para brindar ayuda, pero es conveniente tener en cuenta que no toda ayuda es bien encaminada, existen unos estándares y normas para realizar la ayuda humanitaria; conocemos un mito que reza “toda ayuda es buena†o también “mejor que sobre y no que falte†pero en este caso eso no es real, ya que los donativos sin ninguna orientación pueden llegar a generar caos, y es lo que menos se necesita en circunstancias asÃ.
Al momento de desarrollarse las actividades que prestan ayuda a los afectados de una inundación, sismo, tsunami, etc., es básico tener en cuenta los principios de ayuda humanitaria, como son humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. El Manual Esfera (grupo de ONGs y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja elaboraron un conjunto de normas mÃnimas universales en ámbitos esenciales de las respuestas humanitarias): este Manual de Esfera, reconoce que los afectados por un desastre tienen derecho a una vida digna, asà como a recibir protección y asistencia, y coloca estos derechos en el centro de la acción humanitaria. Se destaca las normas esenciales al momento de atender una población que ha sido afectada por un evento peligroso: Tenemos, por ejemplo abastecimiento de agua, saneamiento y promoción de la higiene; seguridad alimentaria y nutrición; alojamiento, asentamientos humanos y artÃculos no alimentarios, y, acción de salud.
Las normas mÃnimas refieren los escenarios que se deben lograr en cualquier respuesta humanitaria para que las poblaciones afectadas por una catástrofe consigan sobrevivir y recuperar condiciones de vida estables con dignidad.
Por otro lado, existen unos estándares de calidad en torno a las raciones alimentarias que se entregan a las personas afectadas; considerando cantidades, contenido nutricional, número de personas, clima, cultura y costumbres. Es importante que las personas se sientan lo más cercano posible a sus condiciones de vida habituales.
En el caso de los albergues que serÃan habilitados para recibir a las familias damnificadas, éstos deben reunir las condiciones necesarias para acoger a las personas de manera oportuna y segura brindándoles un espacio que les permita conservar su dignidad. Para concluir: las donaciones deben estar basadas en la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (información recogida en territorio). Cabe recalcar que es momento de fortalecer la coordinación intersectorial entre las autoridades correspondientes. La ayuda humanitaria no tiene banderas polÃticas.
Ing. agro. Brenda Mendoza Pimentel/ DIARIO LANACIÓN