En el último Taller internacional Internacional de Pesca Artesanal realizado en la isla Santa Cruz, el 18 y 19 de noviembre de este año, representantes de las organizaciones pesqueras artesanales de Galápagos, analizaron la necesidad de fomentar políticas del manejo pesquero para permitir métodos de pesca sostenibles y que a su vez se ofrezca un apoyo a quienes trabajan en dicha zona.
Para ello, han solicitado una reunión con la ministra del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Inés Manzano, para exponer los principales desafíos que enfrenta el sector y también proponer distintas soluciones.
Algunos puntos de la propuesta, argumentan la necesidad de tener un marco normativo definido y una institucionalidad especializada para implementar estrategias efectivas que garanticen la protección de los recursos marinos y la biodiversidad única de Galápagos.
La región cuenta con una riqueza significativa en recursos pesqueros migratorios, como picudos, pez espada y atunes grandes. Sin embargo, alegan que la regulación de su captura, en lugar de su prohibición total, podría permitir un uso sostenible que beneficie a la comunidad.
En la actualidad, el uso del palangre de media agua para la pesca de especies pelágicas grandes migratorias se encuentra prohibida, razón por la cual el gremio afirma que este método siempre y cuando sea bien manejado puede ser menos perjudicial para el medio ambiente en comparación con otras prácticas de pesca permitidas en la reserva como las redes liseras o agalleras.
Es un tipo de arte de pesca que se coloca a una profundidad de 30 a 50 metros bajo el agua. El palangre es un aparejo que consiste en una línea principal ramificada con líneas de anzuelos conectadas. Este método se utiliza para capturar peces pelágicos y semipelágicos, como el pez espada o los túnidos.
Aunque el uso de este método es considerado como una forma de pesca artesanal y sostenible, también puede provocar capturas accidentales de otros animales, como tortugas, tiburones y cetáceos.
El sector pesquero de Galápagos propone regular el uso de esta actividad, estableciendo límites claros y capacitar técnicamente a los pescadores para asegurar la sostenibilidad de las especies objetivo y minimizar el impacto sobre especies protegidas.
FUENTE: VISTAZO