Baños de Agua Santa, un pintoresco cantón de Tungurahua, en la zona central de Ecuador, ha sido testigo de una notable transformación en los últimos años. La fama de Baños alcanza relevancia internacional. En mayo de 2023, la revista especializada en turismo de lujo y estilo de vida Condé Nast Traveler ubicó al cantón entre los 50 pueblos pequeños más bonitos del mundo.
Este pueblo mágico- ubicado en la zona andina- es conocido por su impresionante belleza natural, donde incluso convirtieron el proceso eruptivo del volcán Tungurahua en su mejor aliado para el turismo. Por sus bondades naturales, el 80% de los habitantes de esta localidad ha abandonado la agricultura tradicional para embarcarse en el floreciente sector turÃstico.
Este cambio de rumbo ha traÃdo consigo nuevas oportunidades económicas para sus casi 20.000 habitantes. “Sin embargo, también existen desafÃos asociados a esta transformación. El aumento del turismo puede crear problemas con la sostenibilidad ambiental y alimentariaâ€, mencionó la socióloga Sara Espinoza.
La agricultura en pequeñas parcelas En Baños de Agua Santa, el 90% de sus habitantes es dueño de los emprendimientos y microempresas turÃsticas. Solo el 10% es extranjero, según Christian Varela, exdirector de Turismo Municipal. Aunque la historia del turismo en Baños de Agua Santa data desde la época de los Incas, fue a raÃz de la erupción del volcán Tungurahua, en 1999, cuando empezó a aumentar el interés por este cantón, que convirtió un momento de angustia en el mejor aliado para progresar.
Carlos Sánchez, quien fue uno de los primeros vigÃas del volcán, sin querer se transformó en empresario turÃstico. Construyó la casa sobre un árbol en el sector de Santa Rosa de Runtún, desde donde observaba el comportamiento del volcán. La iglesia de Baños es uno de los atractivos de esta ciudad, en Tungurahua. Con el tiempo hizo un columpio rudimentario para sus nietos, para que disfrutaran del paisaje y de la tranquilidad del campo.
Pero tuvo tanta afluencia de visitantes locales y extranjeros que construyó todo un complejo turÃstico denominado la Casa del Ãrbol y el columpio del ‘Fin del Mundo’, cuya fama es internacional. Después le siguieron otros vecinos, quienes vencieron el miedo al volcán y adaptaron sus tierras para emprendimientos turÃsticos.
Hace nueve años decidió dejar la agricultura y compró un terreno en el sector de Runtún, a 20 minutos del centro. Hizo un crédito de más de USD 500.000 para armar todo un complejo para turismo extremo denominado “FantasÃas de Volarâ€, donde el visitante puede lanzarse en un columpio y trepar la torre de 39 metros de altura.
En abril de 2023 amplió la diversidad e inauguró un mirador denominado la ‘Pasarela de diamante’, construida de vidrios donde se aprecia toda la ciudad y cantones aledaños como Pelileo e incluso hasta Patate. Contó que cada semana llegan a su emprendimiento entre 500 a 1.000 personas y en los feriados hasta el doble de visitantes. Miller dejó la agricultura porque el uso de quÃmicos afectaba su salud y a eso se sumó que al momento de vender los productos no recompensaba la inversión, por los bajos precios
FUENTE: PRIMICIAS