Nuestros sistemas agroalimentarios actuales comportan enormes costos ocultos para nuestra salud, el medio ambiente y la sociedad, que equivalen, al menos, a 10 billones de USD anuales, según un análisis pionero llevado a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que comprende 154 paÃses. Esto supone casi un 10 % del producto interno bruto (PIB) mundial.
Más del 70 % de los costos ocultos, viene determinado por dietas poco saludables con alto contenido de alimentos ultraprocesados, grasas y azúcares, que son causa de obesidad y enfermedades no transmisibles y provocan pérdidas de productividad de la mano de obra. Estas pérdidas son especialmente elevadas en paÃses de ingresos altos y medianos altos.
Una quinta parte de los costos totales guarda relación con el medio ambiente y se deriva de las emisiones de gases de efecto invernadero y nitrógeno, los cambios del uso de la tierra y la utilización del agua. Se trata de un problema que afecta a todos los paÃses y es probable que su magnitud esté subestimada por las limitaciones de datos.
Los paÃses de ingresos bajos son, en proporción, los más afectados por los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios, que representan más de una cuarta parte de su PIB, frente a un porcentaje inferior al 12 % en paÃses de ingresos medianos y menos del 8 % en paÃses de ingresos altos. En los paÃses de ingresos bajos, los costos ocultos más significativos están relacionados con la pobreza y la subalimentación.
En el informe se aboga para que gobiernos y sector privado realicen análisis más periódicos y detallados de los costos ocultos o “reales†de los sistemas agroalimentarios mediante la contabilidad de costos reales, seguido de la adopción de medidas para mitigar estos daños.
Se han realizado otros intentos de medir los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios, que han generado las mismas estimaciones que la FAO. Sin embargo, el nuevo informe de la Organización es el primero que desglosa estos costos hasta el nivel nacional y garantiza que se puedan comparar entre las distintas categorÃas de costos y entre los distintos paÃses.
Por vez primera, la FAO dedicará dos ediciones consecutivas de El estado mundial de la agricultura y la alimentación al mismo tema. En el informe de este año se presentan las estimaciones iniciales, el próximo año se centrará en evaluaciones concretas en profundidad para determinar la mejor forma de mitigar estos costos. Los gobiernos pueden utilizar diferentes mecanismos impulsores para ajustar los sistemas agroalimentarios y lograr mejores resultados en general, entre ellos, impuestos, subsidios, leyes y reglamentos.
“Ante la escalada de los desafÃos mundiales —la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de los alimentos; la pérdida de biodiversidad; las desaceleraciones y recesiones económicas; la pobreza que se agrava; y otras crisis superpuestas—, el futuro de nuestros sistemas agroalimentarios depende de nuestra voluntad de apreciar a todos los productores de alimentos, grandes y pequeños, reconocer estos costos reales y entender de qué forma contribuimos todos nosotros a ellos y qué medidas debemos adoptar. Espero que este informe sirva de llamamiento a la acción para todos los asociados —de los encargados de formular polÃticas y los actores del sector privado a los investigadores y consumidores— e inspire un compromiso colectivo de transformar nuestros sistemas agroalimentarios por el bien de todosâ€, señaló el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO.
Â
FUENTE: FAO