El desangre de fuerza laboral joven seguirá afectando al sector agrícola de Ecuador, y de toda la región, según un último informe de la Cepal. La informalidad, los bajos ingresos y las precarias condiciones ahuyentan a los jóvenes del campo. En el caso del sector industrial, se prevé que 640.000 jóvenes dejen ese tipo de labores en los próximos seis años. Solo el sector de servicios prevé un aumento de los jóvenes empleados.
El «Estudio prospectivo de empleo joven en América Latina«, elaborado por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) analizó los efectos de las transformaciones en curso en el mercado laboral para los jóvenes, entre 15 y 29 años.
Una de las principales conclusiones es que al menos 1,2 millones de jóvenes de la región dejarán el sector agrícola hasta 2030. Esto debido a los altos niveles de informalidad (entre el 50% y más del 70%), los bajos ingresos y las malas condiciones laborales.
Esta proyección, en el caso del Ecuador, significaría una profundización del desangre de fuerza laboral joven que desde hace varios años sufre el campo.
En 2022, LA HORA ya alertó que menos del 8% de los trabajadores en el campo ecuatoriano tiene 34 años o menos. Si se amplía el espectro hasta los 44 años, el porcentaje sube al 23%. Según la última Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), las zonas rurales están cada vez más despobladas de la fuerza laboral más joven.
Cepal apunta a que esto seguirá profundizándose a menos que se establezcan políticas e inversiones para aumentar las oportunidades de empleo de calidad en los sectores rurales.
Dentro de esas políticas debería estar el impulso a mecanismos como los de generar ingresos a través del mercado de carbono para que, al mismo tiempo que se paga por preservar ecosistemas como los páramos, también se financia las mejoras en la producción y en la calidad de vida de los campesinos.
Además de la pérdida de 1,2 millones de empleos jóvenes en el sector agrícola, la Cepal también prevé que al menos 640.000 jóvenes latinoamericanos dejarán el sector industrial.
Al mismo tiempo, se prevé que 1,8 millones de jóvenes migren al sector de servicios. Así, el 70 % de los latinoamericanos de hasta 29 años trabajarán en el sector de servicios públicos y privados en 2030 y dejarán la agricultura, la construcción y la industria.
Cepal asegura que esta transición laboral disminuirá la productividad de la región. El oficial de Asuntos Económicos de Cepal, Andrés Espejo, dijo que se verá una transición hacia un sector laboral «menos productivo», que se sumará a la ya baja productividad de la región, que «se ha estancado» y ha reducido la creación de empleos formales y de calidad.
En seis años, solo un 13,3 % de los jóvenes de la región estarán empleados en manufactura, un 8,2 % en agricultura y un 7,4 % en construcción.
FUENTE: LA HORA