Según Patricio Salas, secretario ejecutivo de Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (Fedeseg), a pesar de que Ecuador es un paÃs vulnerable a desastres naturales, y con un creciente nivel de delincuencia, solo el 18%, es decir, menos de dos de cada diez riesgo están cubiertos con algún tipo de seguro.
En otras palabras, el 82% de los daños provocados por catástrofes, robos u otro tipo de siniestros se convierten en pérdidas que no pueden ser recuperadas por las personas y empresas en el paÃs.
Uno de los sectores más afectados por las lluvias, y por el inminente fenómeno de El Niño, es el agrÃcola. Pero, de acuerdo con Mauricio Parra, CEO de Guy Carpenter Colombia, el porcentaje de agricultores asegurados es mÃnimo en paÃses como el Ecuador.
«Si se llega a presentar un fenómeno de El Niño de gran magnitud, como todas las proyecciones parecen apuntar, el seguro agrÃcola es uno de los de mayores relevancia. Desafortunadamente en nuestros paÃses, salvo el caso de Argentina y Brasil, no existen una penetración importante del seguro agrÃcola. Todo depende de los subsidios que los Gobiernos puedan entregar para que los agricultores accedan al aseguramiento» puntualizó Parra.
Durante el último año, aunque la brecha de cobertura sigue siendo grande, el sector asegurador movió por primera vez más de $2.000 millones. Esto impulsado por una mayor demanda de seguros de vida, como consecuencia de la pandemia, y la salida del mercado de la empresa pública Seguros Sucre.
Salas recalcó que, después de los seguros de vida, los ecuatorianos buscan aseguramiento para sus vehÃculos. “Este tipo de aseguramiento sigue siendo importante, aunque sà ha perdido espacioâ€, dijo.
En tercer lugar, el producto más demandado es el seguro contra incendios enfocado a los activos fijos empresariales y del sector público.
A pesar de que el 70% de los ecuatorianos tiene conciencia de que los fenómenos naturales están entre los principales riesgos contra el patrimonio de personas y empresas, solo una minorÃa contrata algún tipo de seguro.
FUENTE: LA HORA