En Perú existen aproximadamente 218.000 vicuñas, siendo el país que alberga a la mayor población de este animal a nivel mundial, repartidas en las regiones de Ayacucho, Arequipa, Cusco y Puno. Este animal también habita en las zonas altoandinas de Argentina, Bolivia, Chile y Ecuador.
Este camélido sudamericano tiene una importancia estratégica por ser el Perú el primer productor mundial de fibra de vicuña. Durante los meses de mayo a noviembre que coincide con la temporada seca se realiza el denominado chaccu, donde los titulares de manejo aprovechan de manera sostenible su fibra.
La fibra de vicuña está considerada entre las más finas del mundo y mide 15 micrones de diámetro. A través de las Declaraciones de Manejo (DEMA), las comunidades tienen permiso de aprovechar la fibra de manera sostenible y a la vez se comprometen a preservar a la vicuña y su hábitat.
Esta especie animal involucra la participación de 331 organizaciones campesinas autorizadas a su manejo, de un total de 635 organizaciones en cuyos territorios habita la vicuña, siendo el Perú un referente internacional de experiencia exitosa de recuperación y conservación de esta especie.
Es importante recordar que de acuerdo con la legislación peruana y a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), suscrita por el Perú, los únicos productos provenientes de la vicuña que pueden ser exportados son: fibra esquilada de vicuñas vivas, y telas y productos manufacturados bajo la marca Vicuña Perú y artesanías bajo la marca Vicuña-Perú-Artesanía.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el año 2024 como el “Año Internacional de los Camélidos”. Su celebración pondrá de manifiesto que los camélidos son un recurso de subsistencia clave para millones de hogares de más de 90 países. Los camélidos, que comprenden desde las alpacas hasta los camellos bactrianos, dromedarios, guanacos, llamas y vicuñas, contribuyen a la seguridad alimentaria, a la nutrición y al crecimiento económico, además de poseer una gran relevancia cultural para muchas comunidades de todo el mundo.
El Año Internacional de los Camélidos (2024) pretende concienciar sobre el potencial no explotado de estas especies y hacer un llamamiento a aumentar las inversiones en el sector de los camélidos, abogando por que se investigue más, se desarrollen capacidades y se adopten prácticas y tecnologías innovadoras. Estas especies incluso en condiciones climáticas extremas pueden producir fibra y alimentos nutritivos.
FUENTE: AGRARIA PE